El bebé que toma el biberón puede rechazarlo por varios motivos:
- Gases: la aerofagia es una causa frecuente de rechazo, ya que la tetina puede hacerle tragar aire si el biberón no está colocado con suficiente verticalidad.
- Biberón mal diluido: el niño se puede encontrar con un alimento aguado y poco nutritivo o en cambio con uno espeso y de sabor fuerte, en ambos casos lo rechazará.
- Succión difícil: esto depende del material de las tetinas (dureza y apertura de la ranura)
- Posición incorrecta: el bebé debe encontrarse cómodo, sino rechazará la toma.
- Persona distinta: el pequeño está acostumbrado a que sea la misma persona la que le de el biberón. Lo ideal es que se habitúe a 3 personas: madre, padre y cuidador.
- Estreñimiento: frecuente durante el período de lactancia. Se debe al escaso contenido en fibra de la dieta y el reposo continuo, y a la falta de maduración neuromuscular que es transitoria. No hay que preocuparse en exceso por este problema, que suele ser transitorio.
- Saciedad: a menudo el niño rechaza el biberón o la tetina porque se siente saciado, a pesar de que los padres insisten en que se termine la cantidad y en el tiempo que le corresponde. En principio, deberá respetarse la demanda del pequeño, de lo contrario podrá acabar vomitando y rechazando totalmente el alimento.
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